• proteger a los niños del calor

Niños en verano, ¿cómo protegerlos del calor?

En verano, pasamos mucho más tiempo al aire libre, aprovechando los días largos y las horas de luz. Tomar el sol puede ser muy beneficioso para nuestra salud, ya que nos ayuda a sintetizar la vitamina D, esencial para el cuidado de los huesos, y mejora enormemente nuestro estado de ánimo, al estimular la producción de melatonina y serotonina, conocidas como hormonas del bienestar.

Sin embargo, la exposición al sol y las elevadas temperaturas pueden tener también efectos muy nocivos en nuestra salud, sobre todo en la de los más pequeños. Te explicamos qué debes hacer para proteger a los niños del calor durante los días de verano.

Evita salir a la calle en las horas más calurosas

En el verano, y especialmente durante los días de mucho calor, debe evitarse salir a la calle entre las 12 y las 16 horas. En estas horas centrales del día el sol golpea con más fuerza y aumenta el riesgo de que se sufra un golpe de calor o una insolación.

Si no queda otro remedio que salir, debemos hacerlo vistiendo al peque con ropa ligera de color claro y tejidos naturales. Por otra parte, es importante proteger su piel con crema solar de factor alto y ponerle una gorra o sombrero que evite que los rayos del sol incidan directamente sobre su cabeza.

Usa siempre protección solar alta

La protección solar siempre debe ser muy alta (mínimo 50), resistente al agua y con efectividad frente a los rayos UVA, pero también frente a los UVB e infrarrojos. Es importante evitar la exposición directa al sol (sobre todo durante las horas centrales del día) y buscar un lugar fresco y a la sombra donde resguardarse de los rayos solares.

Al aplicar la crema, incide sobre las zonas más sensibles de su piel (nariz, nuca, orejas…) Ten en cuenta que esta es más fina que la de los adultos y que, por lo tanto, el riesgo de sufrir quemaduras y efectos perniciosos es mayor. En niños menores de dos años es importante usar un protector solar para bebés.

Mantén la casa fresca

En casa, es conveniente cerrar las persianas y utilizar los toldos si los tenemos. En días de mucho calor, si disponemos de aire acondicionado, será conveniente que lo encendamos para refrigerar las estancias (debemos mantenernos, además, en la habitación más fresca de la casa).

Si nuestra casa es especialmente calurosa y no encontramos ninguna forma de refrigerarla, es recomendable que pasemos las horas de mayor calor en algún sitio público que esté climatizado, como es el caso de las bibliotecas o las ludotecas.

No descuides su hidratación

Para evitar los efectos perniciosos del calor, es importante mantener una buena hidratación, haciendo que nuestro peque beba agua a menudo, aunque no sienta sed. Es importante, eso sí, evitar las bebidas azucaradas que, además de no constituir una opción saludable, aumentarán la pérdida de líquidos.

Otra forma de mantener la hidratación es aumentar el consumo de frutas y verduras frescas, las cuales nos ayudarán a suplir los nutrientes perdidos a través del sudor.

Gafas de sol para niños

Poca importancia le damos a las gafas de sol y lo cierto es que son un instrumento muy necesario para proteger los ojos de las radiaciones solares. Además, en el caso de los bebés y los niños pequeños, sus ojos son más sensibles a los rayos de sol, por lo que la utilización de gafas de sol es fundamental para evitar problemas oculares en el futuro.

A la hora de elegirlas, es importante escoger unas lentes que filtren al menos el 90 % de los rayos UVA y UVB y que, por supuesto, estén homologadas.

21 Ago, 2018

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