¡No son sólo los pequeños! La pediculosis en adolescentes y adultos

“¡Soy demasiado mayor para tener piojos!”, dirá horrorizada cualquier persona de 14 a 99 años ante una pediculosis en su propio cuero cabelludo. Pero no es cierto. Nunca se es demasiado mayor para tener piojos. Es cierto que la prevalencia en niños entre 3 y 10 años es muy superior a la de otros rangos de edad, pero esto no se debe a ningún tipo de “preferencia” por parte del piojo. Es una cuestión de oportunidad.

Los piojos no escogen a sus huéspedes

El piojo de cabeza (pediculus humanus capitis) es un artrópodo cuyo entorno ideal es el cuero cabelludo humano. ¿Por qué? Pues porque el cuero cabelludo humano tiene todo lo que esta criaturita necesita para sobrevivir y reproducirse: pelo al que aferrarse (sus patas están diseñadas para ello) y en el que esconderse, piel humana cerca para poder succionar su sangre (que es de lo que se alimentan), y unas condiciones de calor y humedad fantásticas para la incubación de los huevos (liendres) y su posterior eclosión.

Esto significa que, excepto aquellos que se rapen al cero o padezcan de calvicie, cualquier humano es susceptible de albergar estos parásitos.
¿Por qué entonces es menos común en adolescentes y adultos? Pues como decíamos al principio, por una cuestión de oportunidad. El piojo no escoge deliberadamente a sus huéspedes, simplemente en cuanto detectan un pelo, a él que se aferran en busca de nuevo cuero cabelludo del que alimentarse y donde criar.
Por tanto, cualquier adulto que quiera ahorrarse una infección de piojos (o pediculosis) ha de evitar las situaciones de riesgo.

Riesgos de contagio de piojos en adolescentes

Como es evidente, el primer foco de contagio de piojos en adolescentes, como de cualquier adulto, es la convivencia con un niño más pequeño, ya que son ellos los que por su entorno más fácilmente se infectan. Sin embargo, los nuevos tiempos traen nuevas formas de contagio. Hablamos de… ¡los teléfonos móviles!

No porque los piojos se queden aferrados al móvil, que lo tienen complicado (aunque nadie debería despreciar la posibilidad de otras infecciones por otros patógenos que sí queden adheridos a esas manoseadas pantallas). El problema son los selfies conjuntos, esa tendencia casi inevitable de juntar las cabezas para hacerse la autofoto y colgarla en Instagram o pasarla por Whatsapp. Es en ese momento de cabezas juntas en las que los piojos pueden pasar de una a otra.

Una cadena de contagio típica entre adolescentes podría ser: hermana pequeña con piojos coge el cepillo de la mayor sin que ella lo sepa la mayor utiliza el cepillo inadvertidamente y se contagia selfie con sus amigas durante esa misma semana y la siguiente intercambio de cepillos/diademas/gorros entre amigas más y más selfies… y en un mes, sin saber cómo, ahí tienes a media clase de adolescentes infectados de piojos.

Si a esto le sumamos el mito (falso) de que el piojo se asocia al cabello sucio, y a que el adolescente será el más vergonzoso y reacio a admitir que tiene piojos (y por tanto no se advierte a los demás), ya ves que riesgo, existe.

Pediculosis en adultos y ancianos

El problema con los adultos es el mismo. Quizá el adulto no está todo el día haciéndose selfies, pero sí abraza y junta sus cabezas con sus hijos, o puede compartir una pieza de ropa, o compartir la almohada, o en definitiva realizar cualquier contacto de riesgo con un familiar infectado.

Lo mismo ocurre con los ancianos, con un agravante añadido: las residencias de tercera edad. Y es que, como una clase de P4, una residencia es un entorno ideal para la transmisión de piojos: hay muchas cabezas cerca, y muchas oportunidades de que un piojo encuentre un nuevo huésped. Con el agravante de que las personas más mayores pueden ser mucho más sensibles a algunos productos químicos, y por tanto hay que ser más cuidadosos a la hora de aplicar un tratamiento. ¡Claro que con Dexin Antipiojos, basado en productos naturales, esto deja de ser un problema!

En cualquier caso, recuerda siempre que la edad no exime de tener piojos. Si hay sospechas, si hay aviso nota mediante, si a alguien le pica la cabeza y no deja de rascarse en la nuca, o detrás de las orejas… ¡revisa a fondo a toda la familia no sea que uno de estos indeseables parásitos haya encontrado otro nido ideal!

01 Feb, 2018

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