¿Puedes interpretar las etiquetas de los alimentos? Claves para hacerlo

¿Te haces un lío cuando acudes al supermercado a hacer la compra? ¿Eres incapaz de interpretar correctamente las etiquetas de los productos alimenticios para descubrir su valor nutricional? No solo te ocurre a ti: a pesar de que los fabricantes están obligados a explicar de forma clara con qué ingredientes elaboran sus productos, lo cierto es que a menudo lo muestran de una forma poco clara y comprensible. Para ayudarte a cuidar tu alimentación y hacerte más fácil la tarea de leer las etiquetas de los alimentos, hemos preparado este post. Toma nota.

Descubre qué aditivos lleva

Los aditivos son las sustancias que, como su propio nombre indica, se añaden al alimento con múltiples objetivos: para conservarlo durante más tiempo, para proporcionarle sabor, para darle brillo o color, para potenciar el olor… A pesar de que las autoridades sanitarias confirman que se tratan de ingredientes seguros, lo cierto es que existen sospechas sobre sus efectos en la salud. Lo habitual es que aparezcan con su nombre completo o con una letra E seguida de tres números.

Fíjate en las calorías que tiene

El valor energético de un alimento se mide por las calorías que este aporta cada 100 gramos de producto. Acostumbra a expresarse primero en kilojulios (kj) y luego en kilocalorías (kcal). Aunque es importante fijarse en las calorías, hay que tener en cuenta que estas son la suma de la energía de las grasas, las proteínas y los hidratos, por lo que resulta más útil fijarse en las grasas saturadas y los azúcares que en cualquier otro dato.

Observa la cantidad hidratos y grasas que contiene

Teniendo en cuenta que la ingesta de carbohidratos no debe superar el 55 % de la energía de los alimentos y no debes superar los 25 gramos de azúcar diarios. De esta forma, si el producto lleva unos 15 gramos de azúcar por 100 de producto, es que su contenido en azúcar es alto.

En cuanto a las grasas, únicamente el 30 % de las calorías que tomas a diario deben provenir de estas. Por eso, debes tener muy en cuenta esta referencia: un producto es bajo en grasas cuando aporta 3 gramos o menos y alto cuando contiene 15 o más por cada 100 gramos. En el caso de las grasas saturadas, si aporta 5 o más gramos, ya resultan demasiadas.

Fíjate en el orden de los ingredientes

Los ingredientes aparecen de forma decreciente, de manera que los que encuentras en los primeros lugares son los que en mayor cantidad aparecen en el producto. Lo ideal es que la lista de ingredientes sea corta, ya que esto suele ser sinónimo de que se trata de un alimento poco procesado (los alimentos con solo un ingrediente no están obligados a llevar esta lista).

Por último, no te olvides de mirar la sal. Todos los productos deben indicar la cantidad de sal que contienen. Se tratará de un producto alto en sal si contiene 1,25 gramos o más, y bajo si solo aporta 0,25 gramos. En cualquier caso, recuerda que nunca debes superar la ingesta de 5 gramos diarios.

13 Nov, 2018

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