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Conjuntivitis: cuáles son sus síntomas y cómo debemos tratarla

La conjuntitivis es una de las afecciones oculares más comunes entre la población, aunque también una de las más fáciles de tratar. A pesar de ocasionar algunas molestias importantes, estas no suelen revestir gravedad y remiten a los pocos días de tratamiento sin dejar secuelas.

Esta dolencia se produce cuando la membrana conjuntiva del ojo se inflama y se irrita. Esto puede ser debido a distintos factores, como infecciones bacterianas, agentes irritantes o alergias.

¿Cuáles son los síntomas de la conjuntivitis?

Dependiendo de la causa que origine la conjuntivitis, los síntomas pueden variar, aunque habitualmente todas comparten las siguientes manifestaciones:

  • Enrojecimiento del ojo, que puede ser leve o agudo y que hace que se marquen con mayor o menor intensidad las venas del globo ocular.
  • Inflamación de la parte interior de los párpados, así como de la parte blanca del ojo.
  • Aumento del lagrimeo y presencia de secreciones. Dependiendo del tipo de conjuntivitis, estas pueden ser de color amarillo, verde o blanco.
  • Picor y ardor constante en los ojos.
  • Legañas espesas y persistentes.
  • Sensibilidad a la luz.
  • Sensación de tener un objeto extraño en el ojo, como una pestaña o arenilla.

Todos estos síntomas suelen ser bastante molestos, pero se pueden aliviar mediante diferentes tratamientos.

Cómo curar la conjuntivitis

Diagnosticar esta enfermedad es bastante sencillo. Sin embargo, es importante conocer su causa para poder aplicar un tratamiento eficaz para la conjuntivitis. Veamos cómo sanar cada una de ellas:

Conjuntivitis alérgica

El mejor tratamiento es evitar la exposición al agente alergénico. Es habitual que se produzca por reacciones ante ciertas sustancias químicas, polución, polvo o determinados pólenes. Cuando no nos es posible eludir el contacto con aquello que nos produce alergia, podemos recurrir a hidratar el ojo con lubricantes o a la administración de antihistamínicos, tanto orales como por medio de colirios.

Conjuntivitis bacteriana.

Se diferencia de la anterior por generar una gran cantidad de secreciones purulentas, intensos picores e hipersensibilidad a la luz. El tratamiento consiste en aplicar gotas antibióticas en el ojo y mantener una buena higiene e hidratación. Esta medicación debe ser prescrita por un sanitario, no es recomendable automedicarse, ya que el problema podría llegar a empeorar.

Conjuntivitis vírica

Se manifiesta con un lagrimeo constante y una intensa picazón, aunque no suelen presentarse legañas con pus. El mejor remedio, en este caso, es mantener el ojo hidratado y utilizar algún colirio calmante para evitar el picor y prevenir infecciones derivadas del rascado y una manipulación permanente.

Para evitar la propagación y el contagio, la higiene es fundamental. A veces, podemos tener solo un ojo afectado y que el otro se contamine al tocarnos después de rascarnos.

En caso de necesitar retirar las legañas o secreciones, se deben quitar mediante el uso de gasas estériles, que después deben ser desechadas. Así mismo, debe restringirse el uso de toallas comunes u otros elementos que puedan favorecer la diseminación de las bacterias.

Cómo prevenir la conjuntivitis

Una buena higiene es la mejor manera de prevenir esta dolencia. Evitar tocarse los ojos con las manos sucias, lavarse antes de ponerse las lentillas, no entrar en contacto con personas afectadas o eludir la exposición a sustancias irritantes son algunos consejos para prevenir el contagio.

En contra de las creencias populares, al no ser una solución estéril, es relativamente sencillo que pueda entrar en contacto con agentes bacterianos y empeorar la situación.

Ahora que ya sabemos cómo curar la conjuntivitis y algunas maneras de prevenirla, podremos disfrutar de una buena salud ocular. Ante cualquier síntoma anómalo, consulta con tu médico o farmacéutico de confianza.

13 Jun, 2019

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