Contagio de piojos en verano: lugares de riesgo y consejos para librarte

Te pasas todo el curso cruzando los dedos para que a tu hijo/a no se le peguen piojos. Lo superas y el crío hasta saca buenas notas. Os vais de vacaciones con toda la alegría del mundo. Y de repente, en pleno agosto… “mamá, me pica la cabeza”. ¡Horror! ¡Piojos! ¡¿Por qué ahora?! ¡¿Cómo es posible?!

Nadie quiere vivir una situación así en verano, ¿verdad? Pero lo cierto es que el fin de las clases no es el fin del riesgo de contagio de pediculosis. De hecho, muchos de los lugares que visitamos en verano, muchas de las situaciones que viven nuestros hijos, pueden dar pie a que uno de estos indeseables bichitos acabe en sus cabezas… ¡incluso en las nuestras!

Por eso hemos preparado para ti esta guía básica para que disfrutes del verano sin piojos que te mereces.

¡Alerta-Piojo! Lugares y situaciones de riesgo durante el verano

¿A dónde van los niños en verano? Pues a la piscina, a la playa, e incluso de campamentos.

¿En qué lugares es más fácil contagiarse de piojos? Exacto: en la piscina, en la playa, y en los campamentos, colonias, y demás actividades grupales de las que se organizan en verano para los peques.

¿A qué se debe esto? Pues a que es una combinación perfecta de factores favorables para el piojo.

  • Hace más calor y humedad, condiciones estupendas tanto para los piojos como para el desarrollo de los huevos.
  • Se juntan muchos niños en un mismo espacio.
  • Las tendencias de juego y socialización de los niños facilitan el contagio.

Y es que es muy fácil: déjame tu toalla, déjame tu peine, te cojo un momento las gafas, te cambio el gorro, le cogemos el móvil a la mama y nos hacemos un selfie, ¡guerra de torres! ¡súbete a mis hombros!, y luego vamos a la toalla a secarnos que te quiero explicar una cosa, ven que te cuento un secreto, esta noche dormimos juntas. Etc.

Sí, los piojos lo tienen facilísimo en estas condiciones. Si no va de cabeza a cabeza, se queda en el cabello que se ha soltado y enredado en la toalla que luego utiliza el amigo de tu hijo para secarse él, o montar una cabaña que se le cae diez veces por encima.

¿Y qué pasa con el agua? ¿No se supone que al menos el agua de la piscina debería matar al piojo? Pues no, tampoco. Los piojos son criaturas muy resistentes, diseñadas para sobrevivir en condiciones que, en comparación, serían imposibles para un humano. Aguantan temperaturas de 50 grados. El cloro de la piscina, en las concentraciones aceptables para las personas, ni lo notan. Y en cuanto se sumergen cierran los espiráculos (que son los orificios por los que respiran, como nuestras fosas nasales) y son capaces de aguantar hasta un par de horas debajo del agua.

Con lo cual no es que el agua disuada a los piojos: ¡es que un piojo podría agarrarse a tu cabeza simplemente porque se la encuentra mientras flota por la piscina aferrado a un cabello caído!

Medidas preventivas básicas para un verano sin piojos

Expuesta así toda esta batería de situaciones de riesgo, casi parece increíble no contagiarse, pero tranquilos, que tampoco estamos diciendo que piscinas y campamentos sean nidos de piojos. Simplemente debes ser consciente de que existe el riesgo, y por tanto hay medidas preventivas que deberías tener en cuenta:

  • En la piscina, siempre con gorro de baño. Bañarse y jugar “desmelenado” aumentará el riesgo de contagio.
  • Intenta mentalizar a los niños. Son niños y es una piscina, y por tanto lo normal es que incumplan la mayoría de recomendaciones, pero si conseguimos que al menos recuerden no intercambiarse el gorro o que usen siempre su propia toalla… pues algo habremos ganado.
  • Utiliza algún protector o repelente que no sea agresivo. Nuestra loción protectora, formulada a partir de elementos naturales como el aceite del Árbol de Té y el extracto de Neem, crea en el cuero cabelludo un entorno hostil y muy desfavorable para los piojos (y además es acondicionador y desenredante, ideal para las cepilladas tras la piscina o la playa), con lo que de nuevo estamos reduciendo la probabilidad de contagio.
  • Finalmente… revisa. No os cuesta nada echaros un vistazo cada ciertos días, al salir de la ducha, que además en ese momento los piojos es cuando están más lentos y detectables. Una revisión de raya central, nuca, frente y detrás de las orejas, y todos tranquilos. Y si detectas piojo o liendre, al menos, siguiendo estos consejos, habrás detectado la invasión en su etapa inicial y te será más fácil acabar con ella.

 

Con estas medidas básicas, las probabilidades de contagio disminuyen drásticamente, y vuestras probabilidades de pasar un verano estupendo suben como la espuma. Así que… ¡a prevenir y a disfrutar de unas vacaciones sin piojos!

01 Feb, 2018

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